Y parece ser que
yo no estoy muy equipada para estas temperaturas bajo 0. Nací en una isla “tropical”
y vivía en lugares donde el 70% del tiempo había calor y secano. Así que si hay
algo a lo que me he tenido que acostumbrar es el tiempo de París. Lluvia, gris, frío hielo, nieve, mas lluvia, más gris. Esos pocos días que sale el sol genera automáticamente
buen humor.
domingo, 27 de enero de 2013
PARIS UNDER SNOW
Sobre estas
horas, hace una semana, estaba hasta los tobillos en nieve, con 20 capas de
ropa e intentando (y fracasando) construir un hombre de nieve. Y ahora tengo un
catarrazo de suvenir. Porque aunque París puede ser muy bonito bajo una capa de
blanco, tienes que estar muy preparado para soportar el frío glacial que lo
acompaña.
Pero a pesar de
lo gris que puede ser París se las arregla para seguir siendo bastante
impresionante. Una vez que aprendes a ponerte otro par de calcetines antes de
salir de casa, el viento helado se vuelve soportable. Sobre todo cuando sabes
que una taza de chocolate caliente de Angelina te espera al final de los paseos
por los parques de París donde los estanques son pistas de hielo y los
parisinos se aprovechan para hacer un poco de ski por los Tuileries. Al final
del día, sentir frío es todo mental y cuando puedes disfrutar escenas como
estas, merece la pena. Todo es una cuestión de estar mentalmente preparado para París bajo la nieve.
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