lunes, 11 de febrero de 2013

WELCOME TO THE YEAR OF THE SNAKE


Me encantaba celebrar el Año Nuevo Chino cuando era pequeña y viviendo en Hong Kong. Una semana sin cole, los bailes de dragón, los fuegos artificiales, pequeños sobres rojos con la propina. Fueron buenos tiempos… Catorce años después, solo que en París (y sin la propina), pude revivir estas antiguas tradiciones y memorias de infancia.

Hay una gran comunidad china en París y celebraron por todo lo alto su año nuevo. Afortunadamente compartieron sus celebraciones e hicieron un espectáculo. Un desfile que empezaba en el Hotel de Ville y navegaba las calles del Marais, subiendo Rue du Temple hasta Republique y bajando luego por Rue Turbigo, solo se vio interrumpida por la repentina tormenta de nieve. Pero si no fue estupendo. Dragones, tambores, cantantes de ópera disfrazados y niñas gritando “Bonne Année” eran solo algunos componentes de una elaborada procesión.



Me gustó especialmente el hecho de que nuestras calles vecinas estuvieron decoradas con linternas rojas una semana antes de toda la fanfarria. Es tan enriquecedor compartir y celebrar otros festivos étnicos y esto es algo que París hace bastante bien. Aunque Nueva York y San Francisco tienen sus China Towns y Madrid tiene una versión mini, nunca había revivido algo como los Años Nuevos Chinos en Hong Kong hasta ahora. Y lo que mas me gustó fue que no era una simple demostración para los turistas. Los parisinos apreciaban tanto, si no mas, los címbalos y bailes. 

Cuando nos sentamos por fin en Chez Shen con una sopa Won Ton bien caliente, tomé nota de lo petado que estaba el restaurante y los sabores bastantes auténticos (un sitio para volver, eso seguro). Y entonces sonreí con el chiquillo francés sentado a mi lado, una versión mini de Jonathan Lipnicki que devoraba sus fideos de una manera feroz, para después acabar y decir a su papa: “Cétait super sympa aujourd´hui”… “Hoy fue un día estupendo, papa”.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

newer posts older posts home