
Agosto ha llegado a su fin. Haz la maleta y vete a casa
porque el verano ha terminado. Pero a donde demonios se fue? Parpadeé y ya
no estaba.
Doce días en una isla
del Mediterráneo se sienten como dos días, y
lo único que queda de aquello son álbumes de fotos en
Facebook, vaqueros un poco mas apretados y una memoria borrosa de que noche era
cual. Me estuve motivando durante meses de clase con imágenes como
estas. Luego de repente estaba viviendo estas imágenes. E incluso mas de
repente había terminado. Porque esto es lo curioso del tiempo. El
tiempo que transcurre mientras esperas algo es siempre mas largo del tiempo que
pasa cuando ya estas haciendo lo que estabas esperando. Simplemente parece
injusto que puestas de sol como esta pueden subconscientemente hacer que para
el tiempo cuando, en realidad, esta zumbando, trayéndote aún mas
cerca al próximo día que te lleva mas cerca al final de una
estancia en un sitio tan hermoso.
El tiempo no para. No hace una pausa para que puedas
saborear un momento por mas de ese segundo que ya ha pasado. Así que
para de esperar por las cosas. Haz que pasen en el tiempo que te han dado,
porque es lo único que tienes. Y disfruta de cada segundo, minuto,
hora y día de tu vida... Aunque signifique dejar una isla como esta y
enfrentarse a grandes cambios que quedan por delante.






No hay comentarios:
Publicar un comentario